Consejos para no engordar en vacaciones

Estamos llegando al ecuador del verano y mi tripa ya empieza a notar algún que otro exceso del chiringuito de la playa donde suelo ir a disfruta de batidos, helados, cañas, caipiriñas, etc., con mis colegas. ¿Qué hago? Sigo igual hasta que no me pueda abrochar las bermudas, no voy más al chiringuito o busco alternativas más saludables.

La opción de no abrocharme los pantalones no me gusta nada y no quiero tener que renovar medio armario. En cuanto a no ir más al chiringuito, lo podría hacer pero entonces tampoco iría a la playa y que aburrimiento de verano me esperaría. Creo que por descarte me voy a quedar con buscar alternativas más saludables, por mucho que le pese a mi tripa.

Desde ROSER RUBINAR dedicamos este post a que no te cueste tanto cambiar algunos hábitos de tu dieta de verano por otros más saludables. Ya verás que no es tan difícil como lo estas pintando y al final saldrás ganando.

No existe un patrón de dieta para el verano, ya que cada uno de nosotros tenemos nuestros gustos y hábitos, que vamos modificando en función de donde nos encontremos y del ritmo de vida llevemos, que se somete a cambios durante la época estival. Eso sí, podemos ser dueños de nosotros mismos y escoger aquello que aparte de apetecernos, consigue darnos el equilibrio que nuestro cuerpo necesita.

Para empezar ponle freno a los caprichos de la terrazas y chiringuitos de playa. Ahora cualquier momento es bueno para sentarte con amigos o familiares a tomar un refresco. Te aconsejamos que combines la ingesta de refrescos o bebidas alcohólicas como pueden ser las cañas, por bebidas menos calóricas. Agua con gas o gaseosa, ambas con una rodaja de limón, té con hielo, zumo natural o cerveza sin alcohol son mejores opciones. También puedes pedirte agua bien fresquita como aperitivo antes del refresco que escojas, para que no te quedes con sed y no vayan los refrescos y cañas una detrás de otra.

De picoteo siempre nos deleitamos con unas bravas y unas aceitunas, no veas que bien sientan. ¡Vigila! Son ricas en grasas y calorías. Si todavía no has probado los boquerones en vinagre con picos de pan o los berberechos con limón, no esperes más, están riquísimos y son menos calóricos. Un pincho con una rebanada de pan con tomate con un poco de jamón serrano o atún, berenjenas encurtidas, cebolletas o pepinillos son otras buenas opciones.

¿A que no suena tan mal?

Seguimos con los helados, un dulce que nos vuelve locos. Deben ser caprichos puntuales, y no el postre de diario. Antes del Magnum almendrado, repleto de calorías, escoge un polo de frutas helado, algo menos calórico. En casa, tu puedes congelar yogur desnatado cremoso y añadirle trozos de fruta si te apetece. Un buen consejo es mejor tomarlos por la mañana o primera hora de la tarde, así tendrás todo el día para quemas sus calorías, e intenta evitarlos por las noches.

Y todavía hay más. Deja que tu paladar disfrute con comidas saludables y sabrosas. El plato estrella del verano son las ensaladas. Existen infinitas posibilidades para hacerlas a tu gusto y bien fresquitas. Puedes mezclarlas con fruta, verdura, arroz, pasta, hojas, cereales, etc. Una ensalada que te va a dejar sin palabras es la ensalada tropical con piña, aguacate y langostinos. ¡Así que a por ella!

Los platos de cuchara dan paso a arroces y pescados a la plancha. Perfectos para evitar platos más grasientos. El arroz al curry te sentará genial.

Como consejo final y uno de los más importantes, realiza actividades al aire libre como correr al lado del mar o hacer senderismo, no todo es tumbarse al sol en la playa.

Que acabes de pasar muy buen verano. ¡Hasta pronto!