¿Integral o rico en fibra?

La corriente actual de salud y nutrición es partidaria del consumo de cereales integrales debido a su asociación con la prevención de enfermedades de distintos tipos, como pueden ser las del corazón. Así, la FDA (Food and Drug Administration) permite alegaciones de propiedades saludables cuando un alimento, en este caso el pan contiene al menos un 51% de cereales enteros.

Esto cuando hablamos de alimentos de tipo “integral”. Si bien, a menudo se confunde con alimentos denominados “rico en fibra”.

El pan en nuestras mesas

Un alimento tan básico como el pan nunca ha faltado en nuestras mesas. Sería complicada una vida sin pan cuando siempre hemos disfrutado de su buen sabor, de su capacidad para acompañar infinidad de alimentos y de todos sus nutrientes. A pesar de esto, muchas personas viven a diario sin él.

Cada vez más la industria alimentaria apuesta por la innovación, y el pan no se escapa. En los últimos años se ha convertido en uno de los alimentos con los que más se está experimentando; son muchas las propiedades y nutrientes que se le añaden, haciéndolo más sano y digerible… aparentemente.

La fibra, como bien sabemos, tiene un efecto protector para el organismo, siendo uno de los principales motivos por los que se está usando cada vez más el cereal entero para la elaboración del pan.

Aparecen los famosos panes integrales que todos ellos son, para la mayoría de nosotros, más o menos similares. Pero aquí llega lo bueno, y es que no nos podemos dejar llevar por esta idea. No es lo mismo un pan integral que un pan rico en fibra. Hay diferencias entre ellos.

Cuando lo que parece igual se convierte en algo distinto

Al elaborar harina tradicional, al grano se le elimina la corteza aprovechando únicamente el corazón del mismo y obteniendo una harina blanca y refinada. Hasta aquí no entra ningún cereal integral. Es el pan blanco tal cual lo conocemos.

Cuando a este proceso no se le elimina la corteza y se muele el grano entero, da como resultado la harina integral, más marrón, compacta y gruesa. Esta harina contiene más nutrientes que la refinada, tiene menos grasa y más fibra, ayudando a dosificar mejor la energía para mantenernos activos.

No es hasta la elaboración del pan que aparecen las diferencias entre el integral y el rico en fibra.

Los panes integrales se elaboran con harina completamente integral cien por cien, sin ninguna presencia de harina refinada. Es un pan muy rico en nutrientes, oscuro, con la corteza dura, una miga muy compactada y un sabor fuerte casi ácido por lo que muchas personas no les suela apasionar. Así aparece el pan rico en fibra más aceptado por la mayoría, como no, la industria ha sabido por donde tirar.

El pan rico en fibra contiene en su fórmula harina blanca y refinada, aunque también contiene harina integral en, al menos, un cincuenta por ciento. Hay una mezcla entre harina refinada e integral. Es cierto que aporta una cantidad importante de fibra pero no es lo mismo que el pan totalmente integral, siendo buenos sus beneficios pero no tanto como si se tratara de un pan integral. Eso sí, su sabor es más agradable y tiene más seguidores.

 

Vale la pena conocer lo que estamos comiendo y saber que a la hora de elegir no es lo mismo el pan integral que el pan rico en fibra. Si escogemos una u otra opción debe ser en función de nuestros gustos u objetivos.